Por Hipatia de Alejandría 

7/2/2015

El escritor Rafael Sánchez Ferlosio escribió en 1984 un artículo memorable: La Cultura, ese invento del Gobierno (El País, 1984). Termina el mismo recordando a Antonio Machado y una frase del personaje Juan de Mairena:

"Cuando Mairena expuso su proyecto ideal de centro de enseñanza, contraponía claramente una posible Escuela Superior de Sabiduría Popular, como lo rechazable, frente a una posible Escuela Popular de Sabiduría Superior, como lo deseable."

Si hubiera que escoger entre uno de los dos centros que contrapone Mairena, sin dudarlo, elegiría el segundo. Muchas cosas que se atribuyen a la "sabiduría popular", una vez analizadas, quedarían mejor catalogadas dentro del  género "ignorancia popular". Hay costumbre de adular a la gente  recordándole lo acertado de sus dichos, actos y tradiciones. 

Un viejo aserto popular aconseja "no mirar atrás, ni para coger impulso". Frase campanuda que muestra, a modo de ejemplo, las sandeces de la palabrería popular.

Mirar atrás no solo es necesario sino imprescindible.

Cualquier aspecto de la vida se entiende mejor mirando atrás. 

En las cosas del amor la mirada al pasado nos resume;  permite  que veamos nuestro retrato a través de cada particular historia.  No es posible una vida sin recuerdos, sin miradas atrás.  El pasado nos ha hecho. Somos nuestros errores y aciertos. Ni unos ni otros deben olvidarse.

Pero al márgen de las historias particulares, hay otras que también debemos conocer. Las que dan cuerpo a la Historia. Lo que ha ocurrido en el mundo desde que tenemos constancia.

Estudiar Historia es una de las mejores cosas que podemos hacer para entender el presente y tal vez, intuir por dónde discurrirá el futuro.

Si el conocimiento y el estudio de la Historia fuesen realmente populares, probablemente el mundo sería mejor. Aunque solo fuera porque aprenderíamos de los errores del pasado para no repetirlos.

Hipatia de Alejandría (355/370 a.C. - 415/416 a.C.)