lunes, 4 de julio de 2016

No suele salir nada bueno del odio

Por Hipatia de Alejandría

4/7/2016


Recientemente se han repetido las Elecciones Generales en España. Esa nueva estirpe de "salvadores nacionales", al estilo del viejo General -Francisco Franco, para los que no sepan  a quien me refiero- se ha presentado a las mismas en unión de las gentes de Izquierda Unida.

El matrimonio, no ha sido venturoso, toda vez que los resultados no han sido tan hermosos -para ellos, que si para el resto de españoles- como esperaban; y así las cosas, andan los podemitas a la búsqueda de las razones que expliquen la escasez de votos recibidos, en comparación con los esperados.

Los podemitas, tienen mal perder. Convencidos como están de ser los poseedores a tiempo completo de la verdad, no entienden que la mayoría de los españoles voten a partidos políticos distintos de su formación. Lo cierto es que a esta banda mucha gente les tiene "calados". Sabe lo que son e intuye hacia dónde quieren conducir a este país.

Un tipo como Pablo Iglesias, capaz de decir las burradas que dice, no es de fiar. Su amor por los métodos guillotinescos revelan al dictadorzuelo que lleva dentro. Por suerte, en estos  tiempos, muchas de las barbaridades que ha dicho están grabadas y a la vista de cualquiera que quiera dedicar un par de minutos a buscarlas en Internet.

Un tipo que es a la vez  comunista, socialdemócrata, o lo que sea menester para engatusar al personal, no es político serio sino cantamañanas dispuesto a calzarse el disfraz más apropiado para pescar votos en río revuelto. 

Pero viéndosele el plumero, como se le ve, hay una parte de votantes, los más jóvenes, que son presa fácil para el. La gente joven, a menudo con poco conocimiento de la Historia, ni del Comunismo y sus "logros", es carne de cañón para este vendedor de crecepelo.

Sus métodos, absolutamente infames revelan la clase de personaje que es. Recuerdo una conferencia que pretendía dar Rosa Díez, en la Universidad Complutense de Madrid, y como el "democrático" Iglesias en apariencia uno más de los reventadores del acto, daba instrucciones a los estudiantes  para que lo reventaran. Lo cual, efectivamente, hicieron. Al bajo estilo de reventador de actos públicos ajenos, se une en este caso, la desvergüenza del señorito Iglesias que negó todo al día siguiente.

No hay un lugar en el mundo en el que el comunismo haya mejorado las condiciones de vida de la gente. La historia ofrece muchos ejemplo de ello.

Es deseable, que la gente más joven, que nutre de votos a estos iluminados de Podemos, se entere de lo que daría de si esta opción política, si alguna vez llegara a gobernar.

Por último, el odio que destilan los podemitas y muchos de los que les votan, deberían hacer reflexionar sobre lo que puede dar de si esta gente. No suele salir nada bueno del odio.




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