Pero los que no celebran precisamente el paraiso, son los toros que cada día de esas fiestas son torturados hasta la muerte en la plaza de toros de Pamplona.
Es un horror, que la diversión de los seres humanos se base en el el sufrimiento seres nobles e inocentes como los toros. Sueño con que un día esta barbaridad solo forme parte de un triste recuerdo.
Viendo como se divierten algunos seres humanos, uno siente vergüenza ajena de pertenecer a la raza humana. Tal vez la más inhumana de las especies. "Monos locos" es lo que somos, divirtiéndonos con el sufrimiento ajeno e incapaces de la más elemental empatía con un pobre animal que nada nos ha hecho, al que torturamos hasta la muerte.
Algo no va bien en un país cuando cada año tanta gente se divierte con el martirio de reses bravas. Ver con naturalidad la violencia no parece el mejor modo de erradicar la violencia.
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