miércoles, 14 de enero de 2015

Vidas paralelas (y lelos, claro)

Por Santiago González

Fuente: El Blog de Santiago González 

15/1/2015


El señor de la izquierda se llama François Hollande y es el presidente de la República francesa. El de la derecha, José Luis Rodríguez Zapatero y fue presidente del Gobierno de España. Ambos son socialistas y ambos han hecho al frente de sus economías nacionales auténticas perrerías.

Y dicho esto, se acabaron los paralelismos, pienso al leer que François Hollande ha enviado un portaaviones a Irak, a luchar contra el Estado Islámico, después de los ataques yihadistas de París la pasada semana. En palabras del propio Hollande: “el Charles de Gaulle, símbolo de nuestra independencia, partirá para una misión en Oriente Próximo. A día de hoy, la situación justifica la presencia allí de nuestro portaaviones”. Cuando España sufrió el atentado más brutal que ha conocido Europa, lo primero que hizo Zapatero nada más jurar su cargo, fue dar instrucciones a un ministro de Defensa que aún no había tomado posesión del Ministerio, para que retirase las tropas españolas de Irak, sin esperar a la aprobación por parte de la ONU, de una resolución que legalizaba el envío de tropas de los países miembros y aceptando por la vía de los hechos que la culpa de los atentados del 11-M la tuvo la participación española con sus aliados, la foto de las Azores, vamos.

Esto explica la diferencia de la actitud de españoles y franceses ante los más graves ataques islamistas contra una y otra sociedad. Los diputados de la Asamblea Nacional Francesa se pusieron en pie y cantaron La Marsellesa en homenaje a sus víctimas. Young Sánchez y Pablo Iglesias, secretarios generales de los dos partidos a los que el último sondeo de El País atribuía mayor intención de voto  se disputan en 2015 la paternidad de la tarde de los mensajes cortos contra el PP durante la jornada de reflexión, el 13 de marzo de 2004.
No creamos, de todas maneras, que el nuestro pierde en todo: está casado por la Iglesia, es un modelo de fidelidad conyugal que para sí quisieran los franceses y se ajusta las gafas con mucha más gracia, como pueden ver en las fotos.

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