domingo, 21 de diciembre de 2014

Ooooh, lehendakari, qué valores

Por Santiago González

Fuente: Blog de Santiago González

21/12/2014




Toma ya, qué aseveración tan campanuda le ha salido al lehendakari Urkullu en la entrevista que a triple página le ha hecho para El Correo Olatz Barriuso. En la presentación que hace del entrevistado, la periodista escribe lo siguiente:

“Presume de ajustarse al déficit, habla de rigor, admite no tener tiempo para el ocio o las series (de TV) -sólo se confiesa espectador de ‘Gu ta gutarrak’, un reality de ETB-1 que ve con sus hijos-…”

Que lo único que vea en televisión (más que nunca el Ente Autorreferente)  sea un espacio que se llama ‘Nosotros y los nuestros’ parece un manifiesto reivindicativo del autismo. La entrevista es una pieza soberbia ya desde el título: porque tenemos unos valores, una afirmación que le pone a uno en la punta de la pluma la célebre cita de Machado: “Quién fuera diamante puro,/ dijo un pepino maduro./ Todo necio/ confunde valor y precio”.

Dicho sea sin ánimo de señalar, naturalmente. Como pueden fácilmente imaginar a don Antonio Machado no se le habría ocurrido llamar ‘pepino maduro’ a un lehendakari de los vascos.

Aquí tenemos unos valores, dice, el problema es que no sabemos cuáles son. Esta sociedad ha resistido impávida 858 asesinatos que perpetraba una banda terrorista en nombre de Euskadi. Muchos miraban  para otro lado y una parte del público aplaudía. El Parlamento vasco aún padece la vergüenza de haber tenido a Josu Ternera como vocal en la Comisión de Derechos Humanos. Cuando entonces, Urkullu era el presidente del Bizkaia Buru Batzar. preguntado por su opinión sobre Ternera como valedor parlamentario de los derechos humanos, dijo:

«Es un dato esperanzador que quien en el pasado se ha relacionado con los derechos humanos en negativo pueda participar y aceptar el juego de las mayorías»

Un día, algún tiempo después, Josu Ternera se ausentó del Parlamento y reapareció en Francia como lo que nunca había dejado de ser: el jefe operativo de la banda terrorista ETA. En fin, lehendakari, no tengo para olvidar la bronca que el entonces portavoz de su partido, José Antonio Rubalkaba, echó en la cámara a los diputados del PSE y el PP, mirando a los escaños que antaño ocuparon Gregorio Ordóñez y Fernando Buesa: “ustedes no hicieron nada, mientras nosotros nos estábamos jugando el bigote”.

El partido-guía de los vascos jamás ha considerado que no hay corrupción más grave que la de auparse al poder sobre un hecho ominoso, como la ayuda criminal del primo de zumoso, sin considerar que cuando los terroristas asesinan a tu competencia, deber tener una actitud muy inequívoca para no incurrir en inmoralidad flagrante.

Hecha esta salvedad, vayamos  a la corrupción patrón Gürtel, para entendernos. Hay que hacer una primera salvedad: En Euskadi no ha habido un lehendakari como Pujol, con una familia como la suya, pero no olvidemos que aquí hemos tenido un responsable de la Hacienda que había corrompido el sistema de la Hacienda Foral y mantenía protegidos de inspección a 200 contribuyentes. Xabier Olaverri pubicó hace dos semanas en El País un artículo pertinente ‘¿Es que no hay corrupción vasca?‘ en el que hace un repaso a las cuatro patas de la mesa: la corrupción urbanística, los contratos públicos, la Hacienda Foral y el terrorismo. Tiene razón en que nuestros corruptos son más listos y más discretos: meten la mano en la caja, pero no la pata.

En fin, generalizada, generalizada, no, pero por doquier, empezando por las puertas giratorias. Y la corrupción propiamente dicha. A título de ejemplo: el caso De Miguel, caso Zambrana, el caso Bravo, de la Hacienda de Irún, la ya citada de la Hacienda vizcaína, los fiascos de Épsilon e Hiriko, Ibarzaharra, el museo Balenciaga y, por concluir, el caso Pinosolo, cuya denuncia por el PP ha llevado a la presidenta del Bizkaia Buru Batzar, cuñada del alcalde presuntamente implicado, Arruabarrena. a romper relaciones con el partido denunciante.

Tenemos valores. Y una lista de precios que da gozo verla.


Santiago González 


No hay comentarios:

Publicar un comentario