¡Oh Dios!, por quien son santos los deseos,
acertados los planes y justas las obras,
da a tus siervos aquella paz que no puede dar el mundo,
para que, dedicados nuestros corazones a cumplir tus mandamientos
y sin ningún temor a los enemigos,
encontremos bajo tu protección tiempos tranquilos.
Oración,
Libro de Horas de María de Navarra
No hay comentarios:
Publicar un comentario