domingo, 28 de diciembre de 2014

Por Santiago González

Fuente: El Blog de Santiago González 

29/12/2014



Lo que ven ustedes en la foto es el momento anterior al comienzo del partido entre las virtuales selecciones de Euskadi y Cataluña, prestas a enfrentarse en singular partido. El partido fue precedido por la mañana de un acto no menos virtual: un encuentro en la cumbre (ustedes sabrán disculpar las servidumbre de la frase hecha). Dos horas, qué tíos. Y las dos horas teniendo que renunciar a sus respectivas lenguas para recurrir a la puta koiné, la lengua de Franco, como dijo en ocasión histórica Xavier Arzalluz.
Hay en la foto dos detalles extraordinarios. La pancarta de los vascos supera el problema lingüístico del encuentro entre los líderes y el tratamiento que se da al asunto en la sociedad vasca, que desde hace unos cuantos años acostumbra a llamar “la lengua propia” a la que peor habla de las dos. Los futbolistas de la llamada selección vasca lo redondean, al escribir la pancarta en un idioma que desconocen absolutamente.
Los catalanes, más realistas, la han escrito en una de sus dos lenguas oficiales: “Una nación, una selección”, dice la pancarta con los colores de la señera, o con los de la española, si ustedes quieren, aunque con más franjas. pero lo que da un poco de risa es ver cómo sostienen esa pancarta y ese lema cuatro tíos como Gerard Piqué, Xavi Hernández, Sergio Busquets y Jordi Alba, jugadores los cuatro de la Selección Española de Fútbol (y no la de Merimée).
Pero a ver, Piqué, Xavi, Alba, Busquets, hijos míos, almas de cántaro, si esa reivindicación está en vuestra mano. La próxima vez que os llame Del Bosque, le decís: “No puedo, Vicente. Una nació, una selecció. Soy inflexible en los principios. lo siento, porque a la selección española. la siento como vecina, pero hay que optar”.
Estos cuatro futbolistas han formulado una acabada metáfora de la independencia. Cuánta fatiga y cuánta superchería.

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